miércoles, 9 de noviembre de 2011

El Marionetista Cap 2

Capitulo 2: "Arte."

-¿Qué es lo que quiere decir?- le interrogo el joven Uzumaki, con la confusión dibujada en todo su rostro.
-Vengan, síganme.- dijo dándoles la espalda y conduciéndolos hasta donde se hallaban los cuerpos de las jóvenes.

-El asesino que están buscando, puedo decir con cierta seguridad… se cree un artista.- menciono mientras descubría los cadáveres. -Este sujeto le a dado un tratamiento a ambas mujeres, un laborioso procedimiento que literalmente las a convertido en marionetas.- dijo la pelirrosa señalando a las occisas.

-¿M-marionetas?… eso no puede ser posible.- dijo Sasuke verdaderamente sorprendido.

-Verán… debido al tratamiento de preservación que le ha dado a estas dos mujeres, es imposible determinar la causa y hora de la muerte, aunque tomando en cuenta el día que desapareció quizá una semana o tal vez un poco mas, sin embargo, e logrado definir casi con exactitud, el difícil procedimiento que llevo a cabo en ellas.- explico de forma tranquila, mientras caminaba de un lado a otro. -¡Miren! lo primero que su asesino hizo, fue sacar todos los órganos, todos sin excepción alguna, después dreno cada gota de sangre del cuerpo, lo ha dejado totalmente seco, posteriormente, le a aplicado un barniz especial el cual ya e mandado a analizar, que a permitido dar esa textura de madera a la piel, a modificado la piel de las victimas para que esta coincida con las articulaciones de los huesos y sea permisible el movimiento de sus extremidades, como… un títere, su cabello a sido untado con un aceite floral, para darle brillo y buen aroma, sus ojos han sido removidos y remplazados por copias exactas de los originales, hechos de vidrio y en cada articulación a cosido hilos, hechos con cabellos humanos, pero no pertenecen a ninguna de las victimas.- dijo con suma seriedad sentándose en una silla que se hallaba cerca de ella. -En verdad detectives, en toda mi carrera como forense jamás había visto tal atrocidad.- dijo llevándose una mano a la frente un tanto desconcertada por lo que había descubierto.

-¡No puede ser posible!, ¿Quién seria capaz de cometer tal barbarie?- dijo el ojiazul llevándose una mano a la boca.

-Díganme, ¿a desaparecido alguna otra joven, en el tiempo transcurrido desde que encontraron el segundo cuerpo?- pregunto con formalidad la ojijade.

-Si, otra joven del distrito, ¿Por qué lo pregunta?- dijo el joven pelinegro un tanto desconcertado.

-¿De que color es el cabello de esa joven?- cuestiono con suma curiosidad.

-Es castaña, ¿Por qué?- respondió aun sin entender a lo que la medico quería referirse mientras se cruzaba de brazos.

-Pues vera, los hilos que están hechos de cabello humano pertenecen a una mujer, no obstante, estos cabellos son rubios así que no pertenecen a ninguna de las victimas o de la recién desaparecida, los mande analizar y parece ser cabello perteneciente a un cadáver que a sido hilado a mano, el hilo es tan fino que apenas si puede verse, supongo que no lo habían notado ¿o si?- replico con un todo lleno de dudas y ofuscación.

-No, ninguno de los anteriores médicos, ni la policía los habían notado.- dijo indignado el joven azabache.
-También, pude notar que hay un patrón singular en las victimas, ambas son de la misma edad, castañas que también concuerda con la actual desaparecida sin mencionar que la una y la otra tienen los ojos verdes.- dijo humilde y pensativamente.

-Si, efectivamente eso ya lo habíamos notado, sin embargo lo intrigante son los cabellos con los que están hechos los hilos, esa es una nueva pista.- dijo el pelinegro pensativo, mientras observaba los cadáveres de las jóvenes. -No pasara mucho tiempo antes de que mate de nuevo, y quizá en ese momento deje una nueva pista, doctora… ¿estaría dispuesta a seguir colaborando con nosotros?- pregunto apenado. -Y no solo como medico, si no también aportando opiniones, es mas que obvio que en un caso como este, sus conocimientos serian de gran ayuda.- dijo en voz media baja.

-No pensé que quisiera mi ayuda, detective Uchiha-san.- dijo con una sonrisa llena de vergüenza sonrojándose levemente y divertida ante la acción del joven policía.

-Mi compañero tiene razón, usted seria de gran ayuda doctora Haruno-san.- dijo el joven rubio extendiéndole la mano con entusiasmo.

-Para mi seria un placer trabajar con ustedes en este caso, detectives.- dijo alegre a la par de que tomaba la mano del joven ojiazul en un apretón amistoso. -Bien, supongo que como primer paso, debemos pensar que nuestro asesino es un hombre, alguien que este relacionado con algún arte.- inquirió la joven en el asunto.

-En estos tiempos es muy difícil encontrar algún hombre que trabaje en un oficio tan peculiar como es el fabricar marionetas.- replico pensativo el joven Sasuke. -Dobe, debemos buscar registros de cada artista en la ciudad, no solo fabricantes de marionetas o títeres si no también artistas de cualquier otro tipo- dijo un tanto acelerado, levantando su dedo índice.

-Si teme de acuerdo.- dijo avispado el rubio muchacho mientras sacaba su celular del bolsillo de su pantalón.

-Aunque… aun hay algo que no me queda claro.- dijo la medico pensativa con una mano en su barbilla.
-¿Qué?- pregunto secamente el azabache.

-Para que el asesino pudiera haber llevado acabo tal procedimiento, eran necesarios algunos conocimientos médicos, incluso de los mas básicos, quizá un estudiante de medicina que deserto o algo por el estilo.- comento con preocupación.

-¡Ya la escuchaste Naruto-dobe!- le grito el pelinegro, abstraído en sus propios pensamientos y con una impotencia atorada en su garganta, la impotencia de no poder atrapar a aquel atroz criminal.

-¡Si! Sasuke-teme, le pediré ayuda a nuestro analista técnico, para que la búsqueda sea mas rápida.- dijo el tapando el auricular del teléfono.

-Muy bien doctora Haruno, si necesitamos mas de su ayuda la llamaremos, trataremos de investigar un poco mas.- dijo aquel detective dirigiéndose a la puerta por la cual había entrado con intenciones de retirarse.

-Esta bien, no duden en llamarme si encuentran algo nuevo.- le respondió con una tierna sonrisa en su rostro que dirigió sin precedentes al joven azabache, pintando así un leve color rojo en sus mejillas.

-¡C-claro!- dijo un tanto apenado. -Vámonos ya dobe.- tomo del brazo a su compañero sumamente apresurado.

-¿Eh?… Sasuke espera… hasta luego doctora Haruno-san.- grito en la lejanía el joven rubio un tanto extrañado por la reacción de su amigo.

-Mmm… que extraños son esos dos.- dijo en un susurro dejando escapar una picara risita.

-Pero Sasuke espera… ¿Qué es lo que te sucede?- dijo Naruto caminado a su lado totalmente confundido, como siempre no se enteraba de lo que pasaba su alrededor.

-¡N-nada!… nada… - le contesto Sasuke en voz muy baja.

-¡Oh!… ya entiendo, tu teme… te gusta la doctora Haruno ¿no es así? ¡picaron!- dijo en tono sagas mientras le codeaba el hombro.

-¡Cállate! ¡Usuratonkachi!- dijo molesto y apenado el azabache, denotando así que su compañero tenia algo de razón en sus palabras.

-¡Sakura!, la doctora Tsunade te llama a su oficia.- dijo en tono chillón una rubia que apenas entraba en la habitación.

-Si, dile que voy enseguida.- dijo en un suspiro una distraída pelirrosa, inmersa en sus pensamientos.

-Mmm ¡Sakura! ¿Qué te sucede?… a ya se no me digas, estas pensando en el sexy detective Uchiha.- dijo la ojiazul remarcando lo ultimo en un tono sensual.

-No, no es eso… es solo que…- le respondió en tono suave, mirando hacia el suelo.

-¿Ah?… mmm… ya entiendo, estas pensando en aquel muchacho, aquel joven del que me platicaste, con el que viviste un tiempo en la ciudad de la arena.- dijo ella sentándose en una silla que se hallaba a un lado de la ojiverde.

-¡No viví con el!, fui a vivir con su abuela y… el.- río de forma torpe ante lo obvio del asunto.

-Platícame mas de el Sakura, tengo curiosidad de saber porque estas tan obsesionada con ese muchacho.- dijo ella con extrema curiosidad.

-¡No estoy obsesionada!… pues veras cuando yo era pequeña, como de unos diez años mas o menos, mis padres y los suyos eran muy buenos amigos desde la secundaria, así que seguido los íbamos a visitar, y pues obviamente siempre lo veía a el, recuerdo que cuando era pequeña lo llamaba onii-san (hermano), y en una ocasión que mis padres salieron de viaje por un mes y no había nadie que se encargara de mi, ellos me dejaron a cargo se su abuela, con quien vivan el y sus padres y desde entonces yo… pues…- dijo sumamente apenada tratando de ocultar su resiente sonrojo.

-Si lo se, lo se no hay por que explicarlo.- dijo Ino moviendo su mano de un lado a otro frente a su rostro.

-Después de eso aun lo visite unas cuantas veces mas, pero cuando cumplí los 15 creo, se mudo a las afueras del país del viento con sus padres, y nunca mas lo volví a ver, únicamente visite un par de veces a su abuela y eso es todo.- comento con suma melancolía y una tristeza que le generaba un nudo en la garganta.

-Hay Sakura, a veces el destino nos juega malas pasadas, y otras se pone a nuestro favor, quizá algún día cuando menos te lo esperes lo volverás a ver.- dijo la rubia enfermera tratando de consolar a su mejor amiga.

-Eso… realmente lo dudo.- replico en un melancólico suspiro, triste y molesta ante sus felices recuerdos que amargaban descaradamente el presente.

Se levanto de la silla donde yacía segundos atrás, y se dirigió a la puerta con intenciones de ir a la oficina de la jefa de el centro Tsunade, su antigua maestra quien era la mejor medico no solo en el país del fuego, si no también de sus alrededores. Subió las escaleras y camino por un largo pasillo, ascendió otro par de escaleras y camino unos cuantos pasos hasta llegar a una puerta cuyo letrero decía: "Medico en jefe".

-Me pregunto… ¿para que querrá hablar conmigo Tsunade-sama?- pensó en voz alta mientras permanecía estática y pensativa frente aquella oficina.

Toco la puerta un par de veces con suavidad y pidió el paso con extrema amabilidad. -Adelante Sakura… pasa por favor.- dijo una voz femenina ya madura al otro lado de la puerta.

-Con su permiso, Tsunade-sama.- dijo con cortesía mientras abría la puerta y entraba en aquella habitación. En aquella oficina se encontraba una mujer madura, de cabello rubio y ojos amielados, que ordenaba unos papeles sentada en su escritorio.

-Disculpe, Tsunade-sama, ¿Por qué me ha mandado llamar tan repentinamente?- pregunto extrañada la joven ojijade.

-Escuche, que unos detectives vinieron a solicitar ayuda para un caso, hubiera deseado que me lo dijeras en persona Sakura.- dijo aquella mujer con calma mientras revisaba un folder que sostenía con ambas manos.

-Lamento mucho no haberle dicho antes pero… todo fue tan repentino.- dijo la pelirrosa un tanto nerviosa.
-Mmm… no importa, solo quería decirte que estoy muy orgullosa de ti, espero que con este nuevo paso, pongas en alto el nombre del centro, pero mas aun el tuyo.- dijo ella mirándola profundamente con la ternura que un maestro mira a un alumno que le a superado.

-Muchas gracias, Tsunade-shishou (maestra).- le contesto la joven medico, con una amplia sonrisa en el rostro mientras reverenciaba a su tan querida maestra.

-Puedes retirarte temprano el día de hoy, debes estar exhausta, y si quieres seguir colaborando en aquel caso, deberás descansar lo suficiente.- propuso la rubia y experimentada medico.

-Si tiene razón, creo que aceptare su oferta solo por hoy, Tsunade-sama.- dijo ella riendo de forma inocente, mientras levantaba su dedo índice.

La joven Sakura recogió sus pertenencias, se cambio de ropa por aquella que llevaba esa mañana al llegar al centro, y con calma se dirigió a la puerta de salida del lugar, no sin antes claro avisarle a sus amigas que ese día saldría temprano, a lo cual ellas se sorprendieron y con toda razón, pues ella nunca salía temprano, siempre se negaba e incluso hacia en algunas ocasiones horas extras.

Al salir del centro la pelirrosa se fue directo hasta un supermercado y en el compro una pequeña botella de vino tinto y un poco de spaghetti, algunos vegetales y otros ingredientes mas para preparar una deliciosa pasta, de cierto modo inexplicable he in entendible para la joven, se sentía alegre y de buen humor, algo le decía que ese día seria algo especial o por lo menos diferente y eso lo sentía como un motivo para celebrar.
Camino con distracción por la acera mientras miraba el suelo, y pensaba acerca de lo que había hablado con su amiga aquella tarde, hacia un tiempo que repentinamente la ojijade había vuelto a pensar en aquel joven, del cual inevitablemente se había enamorado desde la primera vez que lo vio, ya eran casi las nueve de la noche y no se encontraba muy lejos de su hogar. De repente y trayéndola de golpe a la realidad, choco con alguien cayendo ineludiblemente al suelo.

-L-lo, lo siento mucho… ¿estas bien?- exclamo aquel joven con suma preocupación y sonrojado por la posición en la que sin pensarlo habían terminado.

-S-si… e-estoy bien, eso creo.- dijo mientras abría los ojos lentamente mirando así el rostro del joven que yacía encima de ella.

-¡N-no puede ser!- dijo ella abriendo grandes sus ojos color jade en una sorpresa casi incontenible.

-En verdad lo siento, es que venia corriendo y no te vi, por favor discúlpame.- dijo aquel muchacho mirándola con asombro. -¿Tu?- entrecerró los ojos mirándola con confusión.

-¿S-sasori?… ¿eres tu?… Sasori-niisan.- dijo ella con alegría y sorpresa a la vez.

-¿Sakura?- pregunto el con tierna voz, y una amplia sonrisa en su rostro.

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