miércoles, 9 de noviembre de 2011

El Marionetista Cap 6

Capitulo 6: "Verdad tras las sombras."

-¡Buenas tardes! Detective Uchiha.- dijo una extraña y distorsionada voz, aparentemente de un hombre, al otro lado del teléfono.

Sakura se sorprendió ante semejante voz, que parecía estar distorsionada con ayuda de algún aparato eléctrico, mirando sumamente extrañada a ambos detectives.

-¿Quién es usted?- pregunto azorado el detective de cabellos negros, y todos los presentes en aquel cuarto prestaron suma atención.

-Déjeme presentarme detective Uchiha Sasuke, yo soy… "el marionetista"…- respondió riéndose de manera siniestra, aquella macabra voz, al otro lado del auricular.

-Entonces usted… ¡maldi…- fue interrumpido, el impetuoso pelinegro.

-No, no, no detective, no le han dicho que no es bueno maldecir, y yo que le traía una sorpresa, un… regalo.- dijo aquella voz en tono lascivo y lleno de diversión.

-¿Un regalo?- pregunto el confundido, mientras que los allí presentes escuchaban cuidadosamente aquella conversación.

-Si un regalo, claro que para ello, deberá ir al callejón que se encuentra cerca de aquel restaurante francés el "Bleu Océan", ahí hay un pequeño presente para usted y su compañero, ¿Cómo es que se llama?… a si el detective Uzumaki Naruto.- dijo con alegría aquella misteriosa voz, a la par que soltaba una risilla un tanto tétrica.

-¡Tu miserable!- dijo el azabache apenas controlando su ira.

-Que mal carácter tiene detective, creo que no a tenido mucha suerte persiguiéndome, créame que no es mi intención jugar al gato y al ratón con usted, no es por eso para lo que e venido a esta ciudad.- dijo en tono un tanto sarcástico.

-¡Maldito cobarde, porque no actúas como hombre y te muestras de una vez…- exclamo alterado el joven Sasuke.

-Por el momento no tengo tiempo para seguir jugando con usted, tengo trabajo que hacer.- dijo riendo indignadamente. -Ah por cierto, lo olvidaba, también tengo un regalo para la… doctora Haruno Sakura…- dijo de manera seria y su voz que antes denotaba un tono burlón y alegre se torno en uno lleno de molestia y frustración, provocando con ello que la ojijade abriera sus ojos llena de terror y alertando de manera repentina al pelirrojo. -"Las rosas son rojas, las violetas azules, pronto el invierno vendrá y los cerezos se marchitaran."- dijo de forma aterradora y seria mientras que la llamada era imprevistamente cortada.

-¡Espera!… maldición.- dijo el detective de negros cabellos con desesperación. -Dobe reúne a unos cuantos policías y dirígete hasta aquel restaurante de inmediato, yo iré para haya en unos minutos.- dijo el apresurado.
-Si en seguida, pero… ¿Por qué no vienes conmigo?- pregunto el ojiazul extrañado.

-Voy a ir con el analista para que trate de rastrear de donde vino la llamada.- menciono el de forma seria y pensativa.

-Está bien, te espero halla y si algo mas ocurre te llamare.- dijo el joven de rubios cabellos mientras salía con velocidad de aquel cuarto.

-Doctora Haruno, me temo que esto no va a ser nada bueno, mas vale que se prepare y este lista en el centro, en cuanto a ti Akasuna, tsk quedas libre pero aun no hemos terminado.- dijo presuroso mientras salía vertiginosamente de la habitación.

-¿No me digas que vas a seguir en el caso?- dijo el pelirrojo levantándose de su asiento exaltado. -¿No te das cuenta que es muy peligroso?- le reclamo un tanto preocupado.

-Quiero seguir con esto, debo descubrir quién es ese criminal… algo me dice que debo hacerlo.- dijo ella mientras se acercaba lentamente al pelirrojo.

-No entiendes que si te pasa algo yo… no lo soportaría.- dijo con ternura en sus palabras mientras abrazaba a la pelirrosa con fuerza. -Es claro que ese criminal anda tras de ti, es demasiado arriesgado seguir con esto.- murmuro un tanto distante mientras recargaba su barbilla en la cabeza de la muchacha.

-Yo lo sé… y tampoco quiero que nada nos separe, pero… ahora más que nunca debo saber quién es ese asesino, y más aun, debo saber qué es lo que quiere de mi.- dijo ella mientras abrazaba calidamente al ojimiel.
-Tú siempre has sido así… tan decidida, tan fuerte y a la vez tan frágil, no podré convencerte de que desistas ¿verdad?- pregunto sonriendo de manera nostálgica.
 
-Lo siento Sasori- dijo abrazando al muchacho con más fuerza que antes.

-Sakura, en verdad… ¡te amo! y si esa es tu decisión final, te apoyare sin importar lo que pase.- dijo mientras la tomaba por el rostro y la miraba con profundo amor.

-Gracias… Sasori…- le susurro con calidez mientras se acercaba con lentitud a su rostro y le plantaba un apasionado beso.

Salieron del departamento de policía, y se dirigieron hasta la esquina de una calle para tomar un taxi, la pelirrosa le pidió al conductor que los llevara hasta el gran edificio de apartamentos que era su hogar, no eran más de las dos de la tarde cuando llegaron por fin al departamento, ambos se dirigieron a la recamara de la pelirrosa, y esta comenzó a sacar unas cuantas cosas de su armario que necesitaría, y se cambio de ropa por una más cómoda.

-¿Sabes Sasori?… estaba pensando en algo.- le dijo ella al pelirrojo que se encontraba sentado en su cama, observándola con detenimiento.

-¿Qué… Sakura?- le pregunto él con poca curiosidad.

-Es solo que… este caso es un poco difícil, es decir, aquel criminal tiene una manera tan peculiar de asesinar, es algo nada común y es algo que sinceramente no entiendo del todo, no yo que soy una mujer de ciencia y no de arte, sin mencionar que…- se callo repentinamente, mientras se hundía en sus pensamientos.

-¿Sin mencionar que…?- pregunto con mucho más interés.

-Nada… lo que quiero decir es que… quiero pedirte un favor.- dijo ella pensativa.

-¿Qué clase de favor?- dijo él, no del todo convencido por la respuesta de la ojijade e intrigado por aquella misteriosa petición que estaba a punto de hacerle.

-¡Quiero que tú me ayudes en el caso!- dijo ella con ánimo y una furiosa decisión en su mirada.

-No entiendo, ¿de qué te serviría mi ayuda?- dijo el un tanto confundido y frío a la vez.

-Pues veras, el asesino convierte de una manera extraña y debo decir aterradora, a todas sus víctimas en marionetas humanas, por así decirlo, tiene una razón por la que lo hace, pero yo lo único que puedo hacer es determinar con exactitud lo que le hizo a esas jóvenes, mas no entender el porqué, pero tu… tu eres un artista, Sasori y quizá puedas ayudarme a entender lo que este criminal ha hecho, quisiera que me acompañaras al centro y me ayudaras comprender lo que sucede, ¿Qué piensas?- dijo ella dudosa.
-Si tú me lo pides… haré lo que sea, pero dudo que el detective Uchiha esté de acuerdo con ello.- dijo el recordando con amargura aquel nombre.

-De él no te preocupes, no tiene por qué acceder o no, tú serás asistente mío, en eso el no tendrá nada que ver.- dijo ella sumamente alegre por la respuesta del pelirrojo.

-En eso tienes razón, me agrada la idea, así limpiare mi nombre ante la policía, pero mas aun pasare tiempo contigo y podré observar tu trabajo.- dijo en un tono alegre que era inusual en el, mientras se levantaba de la cama y abrazaba levemente a la joven de cabellos rosas por detrás.

-Oh es verdad y así yo también aprenderé algo de tu arte.- dijo ella mientras reía con entusiasmo.

La ojiverde recogió lo que necesitaba y ambos se dirigieron a la entrada, dispuestos a ir juntos al centro, era de admitirse que la idea de la joven médico no era del todo mala, de esa forma el joven comprobaría cien por ciento su inocencia ante la policía, aun si ya habían retirado los cargos en su contra, y pasaría tiempo con la pelirrosa, aprendiendo mas de ella y su trabajo, evitando de aquella forma acercamientos indeseables de aquel detective de cabellos negros. Tomaron nuevamente un taxi, para llegar a su destino que era el centro, en el camino Sakura le platico con detalle lo que había encontrado en las tres últimas víctimas, incluyendo la nota, y aquella muchacha que había sido transformada para reflejar su propia imagen, pronto llegaron al centro y ambos se dirigieron a la recepción.

-Hinata, ¿no han llegado los detectives Uchiha y Uzumaki?- dijo ella con tranquilidad.

-No, parece que todavía no hay noticia de ellos, pero supongo que pronto llegaran, Sakura-chan.- le respondió con tímida voz.

-Mmm… ya veo, podrias avisarme por favor cuando lleguen, ah y algo mas ¿Tsunade-sama se encuentra en su oficina?- le cuestiono la ojijade con amabilidad.

-Si te avisare en cuanto lleguen, y me parece que si esta, no la e visto salir.- contesto la peliazul reflexiva ante aquella última pregunta.

-Muchas gracias Hinata.- dijo ella despidiéndose.

-No hay de que Sakura-chan… Sasori-san.- dijo ella cortésmente haciendo una leve reverencia.

-Ven Sasori acompáñame.- le tomo de la mano y lo condujo por un pasillo hasta llegar a unas escaleras, las cuales subirían.

-¿A dónde vamos?- pregunto el ojimiel desorientado.

-Mmm… vamos a ver a Tsunade-shishou, ciertamente no hay necesidad de consultar nada con los detectives, pero si deberé pedirle permiso a la medico en jefe.- le comento ella un tanto nerviosa.

-Oh ya veo.- dijo el de forma distante, dejándose guiar por la ojiverde.

Subieron las escaleras con tranquilidad, y llegaron hasta la oficina de la gran medico en jefe, Sakura le pido a Sasori que esperara afuera, mientras ella le explicaba la situación a su mentora. Esta entro a la oficina, donde se hallaba la madura mujer de cabellos rubios, revisando algunos papeles que se encontraban en folders, con calma y siendo sumamente explicita le relato las circunstancias del porque había ido a verla y del porque solicitaba el permiso para la colaboración del pelirrojo en el caso, la ojimiel no puso gran objeción al asunto, sabía que la pelirrosa era más que capaz de manejar este asunto, y si ella pedía la ayuda de alguien que era sospechoso de ser el asesino, era porque sabía bien lo que hacía y más aun lo que hacía falta para resolver este arduo caso.

Hecho lo que se tenía que hacer ambos bajaron hasta la recepción donde se encontraron con ambos detectives, que esperaban impacientes a la pelirrosa.

-¿Sasori?- dijo ella lanzándole una mirada al pelirrojo, que llevaba algunas palabras implícitas.
-¿Qué hace el aquí?- exclamo el azabache con suma molestia.

-Adelante.- le respondió el ojimiel, con una cara que denotaba no estar del todo conforme.

-Detective Uchiha-san, necesito hablar con usted, ¿puede acompañarme?- dijo ella en tono serio y distante.

-Si… claro.- contesto con frialdad, mientras proyectaba una mirada penetrante hacia el joven Akasuna.

La pelirrosa lo condujo hasta un cuarto, para que pudiesen hablar a solas, cosa que al azabache le pareció sumamente extraño. -He decidido que Sasori se mi ayudante, en la examinación de los cadáveres.- comento ella firmemente y con determinación.

-¿De que esta usted hablando?- dijo el confundido, y molesto a la vez.

-Bueno en todo caso no tendría por qué discutir esto con usted, solo quería informarle, está claro que no podemos resolver del todo bien este asunto, yo entiendo a la perfección de terminología médica, puedo descifrar con suma precisión como es que murió alguien, sin embargo, debe admitir que la manera en que este asesino mata es extraña y aterradora, que mejor que un marionetista que conoce del arte, mas aun de se arte a la perfección, para ayudarnos a encontrar al criminal, eso era todo lo que quería aclarar.- dijo ella de forma seca e indiferente.

-Tiene razón… no es algo que deba de importarme y si eso nos ayuda a atrapar al criminal, que mejor que tratar de convivir de manera pacífica, mientras resolvemos esto claro.- comento él con actitud sumamente fría.

-Vaya detective, realmente no me esperaba esa respuesta de su pare.- dijo la pelirrosa realmente sorprendida.

-Hump… realmente debe quererlo para hacer esto…- dijo apenas murmurando. -Solo recuerde que… los demonios son capaces de seducir con una sonrisa, por el momento, pero después…- dijo a la par que caminaba con lentitud dispuesto a retirarse.

-Ángel o demonio detective, lo seguiré amando hasta el día en que muera y eso ni usted ni nadie podrá evitarlo… ni siquiera yo…- dijo ella mirando la espalda del joven pelinegro, con una osada voluntad.

-El cadáver la espera en el sótano, estaré esperando los resultados en el pasillo.- dijo de forma insulsa e indiferente. -Hay un folder en una de las mesas del cuarto de reexaminación, contiene unas fotos de la escena del crimen que creo que debería verlas.- le comento mientras se retiraba.

La pelirrosa y el ojimiel se dirigieron hasta el sótano, al cuarto de reexaminación, ahí se encontraron con la más reciente victima de aquel criminal sin escrúpulos, que nuevamente impresiono a la joven médico, al igual que la anterior victima aquella muchacha que se encontraba en la mesa de autopsia, había sido físicamente arreglada para aparentar la figura de la ojijade, todo estaba en su lugar a excepción de una cosa…

Se dispuso a realizar el análisis con prontitud, observando las imágenes de la escena del crimen que el detective había dejado para ella, pronto la pelirrosa termino el examen y ambos llegaron a una sola conjetura, una teoría a la que sin ayuda del pelirrojo jamás habría llegado, mando llamar a ambos detectives para hacerles saber el resultado, y la conclusión en al que juntos habían pensado. De inmediato los dos impacientes detectives fueron avisados acerca del concluido examen, bajaron con prisa al sótano, donde los esperaban la joven médico y el muchacho marionetista.

-Y… bien, ¿Qué fue lo que encontraron?- pregunto el ojiazul.

-Verán detectives, en base al análisis de los cadáveres y con ayuda de Sasori, creemos saber quien es el verdadero autor detrás de estos asesinatos.- dijo la doctora de rosada cabellera.

-¿Q-que es lo que quiere decir?- pregono Sasuke con impresión.

-Miren, tratare de explicarles… debo decirles lo que encontré en la nueva víctima, en primer lugar esta vez secuestro a una muchacha de diferente fisonomía, y eso también lo pude verificar por una de las fotos que dejo en el sobre, esta muchacha era de piel más blanca que las anteriores, y esta vez no cosió una peluca si no que tiño el cabello de la joven postmortem, fuera de eso el proceso que realizo para convertirla en una marioneta humana, fue el mismo llevado a cabo en las anteriores victimas, aunque como ustedes se habrán dado cuenta hay algo que le falta… los ojos.- dijo ella pensativa y con una angustia que le formaba un nudo en la garganta.

-Antiguamente se creía que las muñecas, las marionetas y los títeres poseían vida propia, así que el acto de sacarles los ojos representaba la muerte para ellos.- agrego el joven pelirrojo con seriedad.

-El cadáver fue encontrado en un lecho de pétalos de cerezo marchitos, lo cual refleja la muerte… m-mi… muerte.- dijo la ojiverde con ansiedad. -Es obvio que el asesino desea verme muerta.- agrego con desilusión.
-Pero, la pregunta es… ¿Por qué?- expuso el rubio, aun sin entender nada.

-A eso voy detective, juntando las piezas del caso, mis conocimientos médicos y los artísticos de Sasori logramos llegar a la siguiente posible respuesta, como recordaran halle una frase grabada en uno de los cuerpos: "arte es aquello cuya belleza perdura por siempre."- repuso la pelirrosa.

-Esa frase es mía…-agrego de forma cortante.

-¿Cómo que suya?- le cuestiono el azabache, confundido por aquella declaración.

-Pues verán como artista que soy, tengo mi propio lema acerca del lo que es realmente el arte.- dijo el pelirrojo con seriedad.

-Por lo cual llegamos a la resolución de que el asesino es algún seguidor de Sasori o alguien que está obsesionado con su arte, lo cual coincidiría perfecto con las desapariciones en el país del viento, que ocurrieron simultáneamente con sus presentaciones, investigamos un poco y resulta que aquellas jóvenes que se extraviaron eran fervientes admiradoras, ahora recordemos lo que decía aquella nota que venía junto con la tercera víctima.- repuso con serenidad tratando de recordar.

-"E venido aquí buscando algo en especial, una linda marioneta, de común cabello marrón, opacos ojos verde olivo y piel bronceada como el piñón, sin embargo en mi búsqueda e encontrado una hermosa y radiante muñeca, de especiales cabellos rosas, de hermosos ojos jade tal cual valiosas gemas se tratase, y una piel inigualable de cremosa textura que asemeja a los cerezos en plena primavera. El artista a de elegir, cuál de ellas vale más, por eso a ambas tendré que comparara."… Eso es lo que aquella carta decía, ¿no es así?- añadió el azabache recitando las palabras del asesino, que estaban escritas en aquel papel.

-Creemos que no se refiere a si mismo en esa carta si no habla de alguien más, "El artista a de elegir, cuál de ellas vale más, por eso a ambas tendré que comparara.", vino aquí buscando a ese artista, tratando de demostrar su arte, para impresionarlo y se me ocurrió que ese artista al que venía siguiendo es Sasori, el me encontró a mí, y por eso ahora debe compararnos.- dijo ella reflexionando el asunto.

-Pero… entonces si viene siguiendo a Akasuna, ¿Por qué quiere enseñar su arte en forma de una figura femenina desconocida?- dijo el detective de negros cabellos recalcando su duda.

-Bueno vera… señalando esa pequeña in concordancia llegamos a la conclusión de que el asesino probablemente es…- expuso la ojiverde siendo interrumpida por el ruido de un celular.

-Discúlpenme…- dijo el azabache tomando su celular, retirándose hasta una esquina para contestar.

-Mmm… en verdad que esto es muy confuso.- dijo el joven Uzumaki, con las manos en la nuca y haciendo una cara de total ignorancia.

-Si… si muchas gracias.- dijo el pelinegro mientras se acercaba con rapidez hasta ellos colgando el teléfono. -Era Shino el analista, parece que encontró de donde provenía la llamada de esta tarde.-

-¿De dónde, teme?- dijo abriendo grandes sus ojos azules.

-Parece ser que la llamada la hicieron desde un teléfono celular, por lo cual fue difícil de rastrear, pero la señal del teléfono indica que la llamada fue hecha desde una bodega abandonada en los alrededores del centro de la ciudad.- dijo un tanto agitado.

-Eso no queda muy lejos de aquí…- repuso la medico.

-Dobe, pide refuerzos e indícales que rodeen todo el lugar, yo me adelantare a inspeccionar ese sitio.-
-Está bien, ten cuidado Sasuke-teme.- dijo el rubio saliendo a toda prisa del lugar.

-Espere detective Uchiha-san, no puede ir usted solo ahí, nosotros lo acompañaremos.- exclamo la pelirrosa.

-Es muy peligroso que ustedes vayan, y más aun si usted está en la mira, doctora Haruno.- dijo el azabache un tanto preocupado.

-Sí, pero aun hay algo importante que no le hemos dicho, quiero confirmar por mi misma mis sospechas.- dijo ella con entereza, mientras se acercaba al pelirrojo que se encontraba sentado en una banquillo, poniendo una mano en su hombro.

-Como sea, después de todo usted también es parte del caso, solo no hagan nada imprudente, nos iremos en mi auto.- repuso el detective con suma prisa mientras que los tres salían del la habitación.

Se subieron al automóvil y con suma urgencia, se dirigieron hasta el centro de la ciudad, a la bodega donde el analista le había indicado, cada vez se encontraban mas y mas cerca de revelar la identidad de tan misterioso asesino, no obstante, cada paso que daban se tornaba mas confuso, lleno de peligro y terror. Llegaron como alma que lleva el diablo y con prontitud, pues aquel lugar no quedaba del todo lejos, estacionaron el auto tres calles antes de donde se encontraba la bodega, para no dar ninguna alerta y se aproximaron con suma cautela hasta la entrada del lugar.

-Ustedes quédense aquí ¿de acuerdo?- dijo e azabache casi susurrando, mientras que entraba a la bodega con un arma en mano.

-Detective ¡espere!- dijo la ojiverde tratando de detenerlo, pero fue agarrada por el pelirrojo, que movía la cabeza en señal negativa.

No pasaron ni dos minutos, cuando de pronto se escucho un disparo, ambos, la pelirrosa y el ojimiel, entraron con cautela al lugar, preocupados por aquel estruendoso ruido, caminaron un poco hasta llegar a un lugar que era alumbrado por unas cuantas velas, donde nada mas que la figura del pelinegro en el suelo, era visible.

-¡Uchiha-san!.. ¿Se encuentra bien?- pregunto en un susurro la joven medico, sumamente asustada, mientras se acercaba lentamente hasta el azabache.

-¡Sakura espera!- aclamo en voz baja el pelirrojo.

-Tienen que salir de aquí y encontrar al detective Uzumaki, yo estoy bien solo me dio en la pierna, no es grave, ese hijo de… ni siquiera en este momento se atreve a dar la cara.- dijo el muchacho de cabellos obscuros mientras se agarraba la pierna, en un agudo dolor.

-¡Sasori!- le miro ella con angustia.

-No podemos dejarlo así, pero tampoco nos podemos quedar… ¡Tsk! ¿Dónde está el asesino Uchiha?- dijo el pelirrojo tratando de percibir algo en aquella penumbra.

-No lo sé, el disparo vino de las sombras, no pude percibir en qué momento…- se interrumpió así mismo en un leve alarido de dolor.

-Como sea, tenemos que salir de aquí.- dijo el ojimiel apresurado. -Sakura ayúdame.- le pido en voz baja a la ojijade, mientras ambos se acercaban al azabache ofreciéndole apoyo para que se levantase.

-Bravo… bravo, que actuación tan espectacular detective Uchiha, nunca me imagine que todos vendrían hasta aquí, doctora Haruno… ¡Sasori-sama!- se escucho de entre la sombras, una voz femenina.

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